EL SENTIDO DE COMUNIDAD COMO SENTIDO DE CONEXIÓN

Hugo Herrera Artunduaga

Hugo Herrera Artunduaga

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En mi mente se dibuja el concepto de comunidad como un grupo de personas que comparte una experiencia global de conciencia y respeto por la diferencia, la vida y la verdad. Cada persona es un canal de creación y de cambio que irradia bienestar en todos los espacios que habita. De esta manera actúa como un super organismo, que se mejora a sí mismo poniendo en comunicación y colaboración a cada una de sus partes; unidas por la esencia sin importar las diferencias culturales.

En contraposición, un grupo que genere repulsión por la diferencia o unicidad de cada persona, carece en esencia de este sentido de comunidad, pues si alguno de sus miembros se acerca a su identidad individual (es decir, su esencia) se aleja de la definición rígida de reglas culturales impuestas por el grupo (ficción humana) y por tanto, deja de ser aceptado dentro de este; a estos los separa la esencia y los unen las reglas culturales. 

La comunidad y la colaboración no son un tema de tendencias sino un sentido de supervivencia y construcción de consciencia. Desde una mirada biológica, la resiliencia de la vida depende de su capacidad de colaborar y generar simbiosis entre los diferentes seres. Esta misma, dependerá de la capacidad de adaptabilidad y de cubrir o complementar sus debilidades con el apoyo de otros. Esto es cierto para todas las escalas, tanto para una persona como para cualquier organización o sistema. 

MI COMUNIDAD

Mi comunidad está compuesta por gente de todo el planeta, tan variado en belleza de seres como en historias que los componen. Nos une la música, el arte, la curiosidad, la pulsión de vida, la constante creación y entrega de nuestro ser, cada vez más auténtico y único en la medida en que nos vamos descubriendo a nosotros mismos. 

Grandes amigos han llegado y salido de estos espacios, han crecido y han migrado, han buscado otros rumbos, pero siempre están aquí con nosotros. Somos reflejo de este espíritu global de conexión y por tanto tenemos espacios en cualquier lugar para quienes se quieran sumar a esta transformación. 

Conectamos con individuos y empresas de todos los tamaños, especialmente con las pequeñas donde las personas tienen mayor autonomía y posibilidad de interacción. Conectamos con colectivos de artistas, activistas medioambientales y sociales. Nos construimos como activos culturales de nuestra sociedad. Les presento algunas bases de pensamiento bajo las cuales percibo el valor de una comunidad.

1. EL INDIVIDUO EN EL ESPEJO

Somos individuos aprendiendo a ser felices en el espejo, es decir, con uno y con el otro. 

Tres hechos: el hombre es social por naturaleza, todos sufrimos de alguna manera y buscamos la felicidad, algunos con mayor claridad que otros. 

Las personas que encuentran mayor significado a su existencia y reflejan bienestar en su cuerpo, mente y creaciones, logran inspirar a los demás para dar saltos cuánticos de consciencia y crear alguna posibilidad para la humanidad dentro de esta espiral vertiginosa. 
Somos responsables de desaprender tanto como sea posible de lo que nos fue entregado culturalmente que genera separación, hacernos las preguntas adecuadas para crear y transformar nuestras realidades: este es el mayor aporte que podemos dar a nuestra comunidad.  Debemos preguntarnos sobre la legalidad vs la moral, egoísmo VS la colaboración, sistemas de depredación VS un ecosistema, sobre la discriminación, la inequidad, el patriarcado, entre tantos supuestos culturales impuestos por defecto.

2. LO QUE ENTREGAMOS Y RECIBIMOS 

Somos lo que comemos y de lo que nos alimentamos: libros, música, debates, comida, medicinas.  Siendo el espejo del otro, es importante saber también que cuando entregamos, entregamos lo que somos y esa información constituye el alimento del otro. Nuestro personaje en todas sus capas se vuelve el entorno de creación de los demás, y nuestra comunidad es nuestro entorno para que la creación y el bienestar se manifiesten. Lo que decimos, como interactuamos, como nos vestimos, los símbolos que usamos, todo esto configura un mensaje poderoso que suma o resta a la construcción de valor conjunto e individual. ¿Qué tenemos para nutrir a los demás? ¿De qué nos queremos nutrir? Más importante aún, ¿qué queremos construir?

3. CONECTAR A TRAVÉS DEL ARTE Y LA ESPIRITUALIDAD PARA TRANSFORMARNOS

Para fortalecer lazos entre las personas se necesita confiar en el otro y para esto debemos conectar con la esencia. Fortalecernos en búsquedas espirituales y artísticas nos permiten conectar con la esencia del otro, que es la misma nuestra. El arte nos permite expresarnos y transformarnos a través de elementos y acciones que superan el poder de la palabra; mostrar quienes realmente somos.  Experimentar el cambio dentro de nosotros, expresarlo a través de nuestro trabajo, para compartirlo e integrarlo a la cultura y reinventarnos como sociedad (el colectivo, la cultura). 

“El arte es un eco creativo de la fuerza que dio origen a las galaxias y la creatividad es la manera como el cosmos evoluciona y conversa consigo mismo”.

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